Día internacional de la mujer indígena
- The Xolo Art Administración
- 28 ago 2024
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Cada 5 de septiembre, el mundo celebra el Día Internacional de la Mujer Indígena, una fecha significativa para honrar y visibilizar el papel fundamental que desempeñan las mujeres indígenas en sus comunidades y en la conservación de sus culturas y territorios. Es un día para reflexionar sobre los desafíos únicos que enfrentan y para reconocer su contribución invaluable a la sociedad global.
El Día Internacional de la Mujer Indígena se conmemora desde 1983, en honor a Bartolina Sisa, una líder indígena aymara que luchó contra la opresión colonial en Bolivia en el siglo XVIII. Bartolina Sisa es un símbolo de resistencia y valentía, y su legado inspira a mujeres indígenas de todo el mundo a continuar su lucha por la justicia y la equidad.

Bartolina Sisa (1750- 1782) fue una lideresa aimara que lideró el levantamiento indígena y luchó contra la dominación y la opresión de los conquistadores españoles, señala el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos que funciona bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (CIPDH-Unesco).
Las mujeres indígenas desempeñan un papel vital en la preservación de sus lenguas, tradiciones y prácticas culturales. Son guardianas de los conocimientos ancestrales y juegan un papel crucial en la transmisión de estos saberes a las nuevas generaciones. Además, su conexión profunda con la tierra y sus prácticas sostenibles contribuyen a la protección del medio ambiente.

A nivel social, estas mujeres también son líderes en sus comunidades, abogando por sus derechos y los de sus familias. En muchos casos, son las encargadas de tomar decisiones importantes y de liderar iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida en sus comunidades.
La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas fue aprobada el 13 de septiembre de 2007 por la Asamblea General del organismo internacional, y casi una década después, el 17 de junio de 2016, se suscribió la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y México firmó ambos instrumentos.
A pesar de su importancia, las mujeres indígenas enfrentan numerosos desafíos. La discriminación y la marginalización son problemas persistentes, exacerbados por la falta de acceso a recursos y oportunidades. Además, enfrentan barreras significativas en términos de educación, salud y justicia social.

Las crisis climáticas y la pérdida de biodiversidad también impactan des proporcionadamente a las comunidades indígenas, que dependen en gran medida de sus entornos naturales para su subsistencia y cultura.
El Día Internacional de la Mujer Indígena es una oportunidad para reconocer y celebrar la fortaleza, el liderazgo y la sabiduría de las mujeres indígenas en todo el mundo. A través de nuestras acciones y la amplificación de sus voces, podemos contribuir a un mundo más justo e inclusivo, donde se valore y respete la diversidad cultural y se promueva la equidad para todos. Celebra este día en tus redes sociales y únete a la causa para apoyar a estas mujeres extraordinarias y sus comunidades.

A través de la lente de Frida Hartz

Fotógrafa mexicana. Estudió en la academia de arte. En 1983 y comenzó a trabajar como fotoperiodista. En 1984 fue cofundadora del periódico independiente La Jornada, en donde fue la jefa del departamento de fotografía por muchos años. Los temas recurrentes en su trabajo son los derechos humanos y de las mujeres, la vida social en zonas urbanas y rurales, los indígenas y sus comunidades. Su fotografía ha sido publicada en más de una docena de libros y sus trabajos han recibido varios premios. Su ensayo fotográfico La Pólvora Maya de 1944, estuvo en una exhibición individual en 20 países. Ha participado en más de cien exposiciones individuales y colectivas en todo el mundo.

La construcción que Frida crea de la mujer indígena, a través de su fotografía, concierne a una condición social que para ella era muy necesaria mostrar. Lo que se percibe en las imágenes de Frida no es siempre la mujer del papel pasivo frente a los hechos sociales, la de estar sólo en sus labores de madre o de casa salvaguardando las costumbres de su comunidad, o la posición de una mujer que sufre la pobreza y lucha en ciertas zonas bélicas, la que ha sufrido una pérdida o un desplazamiento de su tierra; la entiendo como la persona que mantiene sus costumbres pero que participa en un cambio, en un proceso, que se manifiesta en relación con los acontecimientos que la rodean.
“Por esa razón hago fotoperiodismo, así lo conjugo, estoy donde quiero, veo la posibilidad de estar en diversos lugares, la noticia me lleva allí. A mí me significó mucho de mi vida, mi objetivo es hacer fotografía, acudir a los lugares más difíciles, fotografiar y luego mostrar, publicar. Conjugué mi profesión, no separé ni lo estético ni lo periodístico”.

Las imágenes de Frida son congruentes con lo que piensa, están arraigadas a un compromiso social y político, narran una historia o situación cultural que busca denunciar algo sin victimizar al personaje, intentan mostrar la realidad que éste enfrenta y expresar sus necesidades. Más allá del hecho noticioso, las mujeres indígenas que fueron retratadas por Frida reflejan también una preocupación personal de la fotoreportera frente a la naturaleza de ser mujer.
“Dentro de mi interés por fotografiar mujeres no es meramente que sean indígenas, que sean de ciudad, pobres o víctimas. Para mí las mujeres indígenas son las más olvidadas de las olvidadas, porque además de ser mujeres en esta sociedad patriarcal, son minoría, son en las que recae todo el atraso, y la complicación del país..., pero a la vez ella conserva su cultura, sus valores y rigen sus pequeños grupos sociales, su vida comunitaria. Eso es lo que yo veo en determinado momento y me sorprende toda esta carga, su propia lucha, además de ser violentadas dentro del mismo plano familiar y dentro de los roles que juegan en su círculo más íntimo hasta ya en términos sociales y de comunidad, ciudadanía”.

Frida Hartz, a través de su lente, nos acerca a la vida de seis mujeres diferentes y nos muestra cómo se desplazan en diversos escenarios. Frida las disloca en esos lugares comúnmente fotografiados, las impulsa y les da otra fuerza por medio de su imaginario.
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